El día 22 de mayo se producía un trágico aniversario. La desaparición del alpinista Iñaki Ochoa de Olza, el cual fallecía en la cara sur del Annapurna, tras una angustiosa carrera por salvar su vida en varios frustrados intentos de rescate.
El 22 de mayo de 2008, tras pasar 5 noches a más de 7400 en el campo IV de la cara sur del Annapurna junto al rumano Horia Colabasanu, las graves lesiones cerebrales, complicadas con un edema pulmonar, acabaron con la vida del alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza. Un dispositivo de rescate formado por grandes alpinistas que se encontraban por la zona estuvo a punto de conseguir el milagro, ascendiendo oxígeno, medicación y cámaras hiperbáricas, pero no pudo ser. Sin embargo, fue un gesto de solidaridad en la montaña que provocó la admiración mundial, y todos estos alpinistas han recibido numerosos galardones por ello. Ueli Steck, Horia Colabasanu, Don Bowie, Denis Urubko, Alexei Molotov, Sergei Bogomolov, Alex Gavan, Robert Szymek, Simon Anthamattenn protagonizaron una lucha contra el tiempo y la montaña que estuvo a punto de conseguir un imposible: rescatar a Iñaki de la difícilmente accesible pared sur del Annapurna.
El vacío que Iñaki ha dejado es grande, pero mayor es el legado que permanece, como persona y como montañero. Su forma de entender la vida y el alpinismo dejó una gran marca en todos los que lo conocieron, especialmente en toda una consagrada generación que compartió con él montañas y vivencias, tanto en el Pirineo como en el Himalaya.
Su familia está consiguiendo poner en marcha un viejo sueño de Iñaki: devolver a los niños nepalíes, pakistaníes y tibetanos lo que ellos le habían dado en sus viajes. Así nos lo contó en un correo en noviembre de 2006. Nos decía que era un proyecto nada más, y que no informáramos sobre él hasta que no tuviera más consistencia.
Finalmente, su familia y amigos lo han puesto en marcha. El alpinista asturiano Jorge Egocheaga es el encargado de coordinar todo sobre el terreno:
“..si puedo organizarlo, y si todo va bien en el Dhaula y el Annapurna, (a donde iré la próxima primavera), entonces creo que en diciembre del año que viene (2.007) saldré en bicicleta hacia Katmandú, 12000 km en tres meses, después intentaré escalar el Kanchenjunga, que podría ser el que complete los 14, y tras bajar a Katmandú volveré a casa a pie, corriendo 50 km por día, durante los siguientes 6 meses y siguiendo el mismo recorrido que a la ida en bici ¡¡En navidades del 2008 en casa!!
La idea no es hacerme muy famoso sino empezar a devolver a los niños de Asia lo mucho que me han dado en forma de aprendizaje, llamando la atención sobre sus necesidades y recaudando dinero para repartirlo por allí, en un orfanato de Katmandú, en un hospital del norte de Pakistán y en una escuela de Dharamshala, donde los niños tibetanos están exiliados... los tres países por donde yo me he movido...
…el proyecto se llamaría S.O.S HIMALAYA...
(ref. Barrabés).
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