Se está retrasando la segunda entrega, pero aún hay ganas de hacer cosas. Pronto estará terminado.
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Se está retrasando la segunda entrega, pero aún hay ganas de hacer cosas. Pronto estará terminado.
Con esto se puede decir que es lo más básico que debería llevar una persona que se inicia en la montaña, pues el resto de accesorios y complementos, son cosas que van llegando conforme se toma esta afición como algo más regular. Llevar una ropa más o menos técnica no es lo más importante cuando empiezas, pero las circunstancias te van haciendo ver qué es lo que necesitas. Para empezar, con un pantalón cómodo que todos tenemos, un chubasquero, gorra o gorro, guantes, jersey, etc, iríamos que chutamos.
- Chubasquero: No he hecho aún la referencia de la ciencia del sistema de capas, pero os puedo decir que el impermeable es la última capa que se suele poner el montañero para combatir la metereología más adversa. Cuando hablamos de chubasquero, en este caso nos referimos a las membranas impermeables que existen en el mercado, que cada vez tienen más variedad, pero que a día de hoy tiene un rey indiscutible: Gore-tex. Muchas membranas consiguen resultados prácticamente igual de buenos, y también baratos, como simpatex, membrain, hivent, novadry, etc, etc, pero el que una prenda lleve la marca gote-lé, es una garantía que tanto el viento como el agua no te calarán. Ahora bien, ahorra para pillarte una chaqueta de esas, o espera a una oferta en las tiendas de turno (esperar a las fechas de rebajas, que puedes encontrar cosas incluso al 50%). Su uso es exclusivamente para cuando el tiempo se pone feo y en malas condiciones. Así que, mientras no se hagan actividades medio serias, un simple paseo puede ser solucionado con un chubasquero más barato. Pero por experiencia propia, la diferencia a sentirte calado a decir, "llueve todo lo que quieras cabrona que yo estoy sequito" es muy grande.
- Ropa interior: Antes me he referido al sistema de capas, en el que a modo de cebolla, nos vamos poniendo o quitando ropa o capas según lo que necesitemos. Una buena camiseta térmica y unos gallumbos tipo marianos (o sea largos) permiten expulsar el sudor y mantenernos calenticos.
- Guantes, gorros: Cuando se nos congelan las manos y la cabeza empezamos a sentirnos mal. Y es que el calor por donde se pierde más rápido es por las extremidades y la cabeza. Cuando hacer rasca, llevarlos bien tapados y abrigados es fundamental. Como todo, el material es muy variado, y no es lo mismo hacer una ruta donde el frío es seco, que con viento, con nieve o agua. Los hay impermeables (más indicados para alpinismo, nieve, eski, etc) o cortavientos, de lana, de fibra polar. Lo importante, no pasar frío.
- Calcetines: a veces no se les da importancia, y es uno de los elementos más importantes, pues es el puente de contacto entre el calzado y los pies, nuestros sufridos pies. Unos malos calcetines, con malas costuras, puede ser el infierno de un malogrado montañero. Ese rocecito continuo durante horas puede perforarte el pie y cagarte en las muelas de las ultrafashion botas que te agenciaste. Unos buenos calcetines con costuras planas, en sitios estratégicos, con diseños anatómicos, y elásticos donde deben ser, se agradecen. Luego que el tejido sea más o menos sintético, pues al gusto del personal. Los hay de mezcla de lana y sintético, pues la lana es el mejor material aislante que hay, aunque cuando se moja tarda mucho en secarse, pero se mantiene caliente incluso mojada.
En cuanto a ropa, poco más hay que añadir, pues el sistema de capas puedes ir añadiendo o quitando al gusto: jerseys, chalecos, plumas, etc, etc...
Accesorios.
Ya tienes más pinta de montañero, pero luego ves aparte de la ropa, esos con los que te cruzas, llevan cosas en las manos y en los pies o piernas, y dices ¿pa qué sirven?.
- Bastones: hay un antes y un después de utilizar bastones de marcha. Sobre todo cuando empiezas a tener una edad. Mi primer bastón me lo regaló mi mujer y por un momento me sentí ofendido: no soy tan viejo para ir con bastón. Luego puedo afirmar que es de lo mejor que me ha regalado nunca. Cuando vamos andando, nuestro movimiento natural de poner un pie delante de otro pasa desapercibido. Cuando ese andar no es por terreno tan horizontal, comienza el mambo. Esa subidita que te asfixia, esa bajada que te deja las rodillas más machacadas que la canción del verano de turno. Y es cuando alguien te de a probar un bastón mágico, como salido de las manos de Gandalf... y pareces volar, trasladarte a través del viento, de loma en loma, de cumbre en cumbre. Explicación: la ayuda de un tercer o cuarto apoyo (hay quien prefiere sólo usar uno y otros dos bastones) a la hora de las subidas, permite repartir el peso de la carga, tanto corporal como de la mochila, con lo cual, el esfuerzo es menor. Igualmente, en las bajadas, las rodillas no soportan la presión y se atenúa el dolor. Pero vamos, que no te llevan solos, eso que conste. Hay multitud de modelos, de distintas marcas, y es aconsejable tener unos medianos de precio, que se pueden reducir en tres tramos (mejor que los de un tramo o dos), con una buena punta, y ciertos accesorios desmontables para poder usarlos con nieve o barro. La empuñadura deber ser cómoda para que te evite rozaduras o ampollas.
- Polainas: Los pantalones no se te mojan hasta que se te mojan: un día lluvioso, o paseando por entre hierba húmeda, o cuando te encuentras la nieve tan blanda que se te clava la ingle en el fondo. Con gore-tex se te disparan el precio, pero existen otras con Cordura muy resistentes y que hacen el apaño. Entre 30 y 40 euros tienes algo medio.
- Bolsa de hidratación: o camelbak. Personalmente, es de lo mejor que me he hecho de todo el material que tengo, pues para mí es muy cómodo el ir bebiendo sorbos pequeños de agua conforme voy andando, sin tener que parar, bajar la mochila, sacar la botella, destaparla, limpiar la boquilla si soy escrupuloso, beber un buen trago, volver a tapar, meterla de nuevo y ponerte el macuto en la lorza. Está demostrado que beber cuando no se tiene sed (o sea antes de que el cuerpo te avise que llevas un tiempo deshidratado) aumenta el rendimiento, además de la comodidad que antes he descrito. Hay veces que por pereza de hacer el mencionado ritual, nos aguantamos el beber hasta hacer una pausa obligada, donde nos pegamos el atracón de agua. Hoy en día, como he dicho más arriba, casi todas las mochilas llevan un compartimento para poder ponerle una bolsa de éstas. Las más famosas son las de la marca Camelbak, pero también de las más caras, pero el que no tenga sabor a plástico se agradece. La capacidad va desde 1 L a los 3L.
- Gafas: aunque no le prestemos importancia muchas veces, el tener la vista protegida es primordial para poder disfrutar de un buen día de montaña. Sobre todo los días más soleados. Unas gafas buenas que se ajusten bien a la cara y a la fisonomía te pueden costar una media de 60 a 150 euros. Lo más importante, que estén homologadas con el símbolo CE, y que la protección sea 4. Existen las gafas de glaciar y de ventisca, pero eso ya sería para cuando se hacen cosas en esas condiciones.
- Frontal o linterna: No está demás echarla siempre en la mochila, pues no sabemos cuando la vamos a necesitar hasta que surge la necesidad.