domingo, 29 de marzo de 2009

Atracción por las montañas

Nortes Sierra Nevada

¿Qué es lo que hace que siempre que puedes te calzas las botas, preparas la mochila con todos tus bártulos y madrugas en busca de una cima que normalmente está a muchos kilómetros?

Sierra Nevada

Tal vez pueda parecer insensato o inconcebible, para alguien ajeno al mundo de la montaña, cambiar la comodidad de la vida urbanita por sufrir gratuitamente las inclemencias meteorológicas y geográficas de un lugar tan hostil como es la alta montaña.

Pero la pasión por los espacios abiertos, desde el más sencillo paseo de baja montaña, hasta la más alta cumbre de la que uno es capaz de subir, se convierte en un medio de evasión de los problemas cotidianos.

La visión de las montañas siempre ha atraído al ser humano, tal vez por tenerlas tan cercanas y a la vez tan lejanas, al requerir esfuerzo para conseguir llegar hasta ellas, en un peregrinaje lento y sufrido, pero a la vez satisfactorio, suponiendo un lugar donde buscar aventura, o en otros casos, redimir las propias culpas y purgar los malos pensamientos.

En mi caso, cuento los días que me faltan desde que hago una ruta hasta la siguiente, e intento prepararla con la misma ilusión y dedicación que si fuera una expedición de envergadura. Se busca la idea, la meta, se estudian las distintas alternativas, mapas, información, previsiones. Con todo eso preparado, la vigilia antes de la partida es un manojo de nervios e impaciencia porque llegue el momento en que suene el despertador (aunque ese momento en concreto sea un mar de confusión en el que lamentas haber decidido quedar a esa hora, con lo a gusto que se está con Morfeo).

Hay que dedicar mucho tiempo previo de preparación, no se trata únicamente de ponerse a caminar y avanzar metros y metros. Toda esa logística y los sacrificios de tiempo y de compromisos que hay que hacer, a veces pueden no ser valorados ni tenerse en cuenta.

Picos de Europa

Una vez que llegas a tu punto de partida, es hora de disfrutar, de olvidar todos los problemas que se quedan atrás, en la ciudad, en el trabajo. Es el momento de sentirte libre por unas horas, en unión con un medio a veces salvaje en estado puro. El contacto con la montaña se convierte en una lección de humildad, en la que te sientes pequeño ante tanta magnitud, y eso hace que puedas saborearla mejor.

También es el momento del encuentro con tus amigos, con la gente con la que quieres compartir tu tiempo, los paisajes, la grandeza de la naturaleza. Y te das cuenta lo importante que resulta igualmente una buena compañía, que en muchos casos, se puede convertir en un vínculo de confianza de los unos en los otros, a la hora de resolver cualquier situación que pueda surgir en la montaña. La cohesión y la conexión del grupo es muy importante.

Jesús y yo

Siete LagunasPor ello, hay veces que la frustración de no poder saborear tu dosis de libertad se puede convertir en una ansiedad amarga, que esperas paliar haciendo pasar el tiempo lo más rápido posible, y preparando una nueva ruta, un nuevo reto, soñar cuál va a ser tu siguiente objetivo.

En mi caso, ya tengo en mente qué poder hacer el fin de semana que viene. Un nuevo reto.

viernes, 6 de marzo de 2009

Las Joyas de la montaña 1: Estrella de las nieves

Plantago Nivalis

Cuando salimos a la montaña, no nos planteamos únicamente un objetivo deportivo a conseguir, es decir, una cima, kilómetros y kilómetros de senderos, o una trepada de variable dificultad. Tal vez por mi afición a admirar la naturaleza, los ojos estén intentando educarse en descubrir el entorno y sus pequeños detalles, que son los que en verdad ponen en valor los escenarios donde practicamos nuestra afición favorita, el hacer montaña.

Me siento afortunado al tener tan cerca un macizo montañoso como es Sierra Nevada, con cumbres tan altas que permiten que por la mañana pueda estar enfangado en la nieve hasta las cejas casi, y por la tarde pasear por la playa tan ricamente con mi familia.

Es en este entorno donde se guardan muchos tesoros, en muchos casos únicos, como es el de la Estrella de las Nieves (plantago nivalis) una planta que evoca el frío de la alta montaña, todo un símbolo de los Alpes del Sur, al igual que el Edelweiss lo pueda ser más al Norte.

La estrella de las nieves, pertenece a la familia de las plantagináceas. Se trata de una planta de dimensiones modestas, aunque por su forma y vistosidad, llama la atención, ya que la distribución de las hojas en forma de puntas, recubiertas de pequeños pelos de color blanco, asemejan a una estrella, y el color verde plateado hace un curioso efecto de luminosidad. En el centro, dispone de un pequeño escapo vertical, que es donde se encuentran las diminutas flores, cuya forma es de espiga.

Plantago_nivalis

Esta peculiar forma permite que sus hojas retengan el agua y que el recubrimiento de pelos las protejan de las bajas temperaturas además de evitar la evaporación. Así mismo crecen muy pegadas al suelo para protegerse de los fuertes vientos que azotan las altas cumbres.

Esta maravilla se puede encontrar en alturas superiores a los dos mil metros, en las inmediaciones de las praderas alpinas, que aquí se les conoce como borreguiles, y en algunos casos, suelen ser tan abundantes, que forman un auténtico manto blanco.

Tiene en común con el mencionado edelweiss, la leyenda de ser la flor del amor eterno. Los enamorados las regalaban para demostrar que su amor no se secará nunca, como las hojas de la estrella. Pero esto no nos debe hacernos olvidar que se trata de una especie protegida, y por ello, no está permitida su recolección.

Es el símbolo del Sulayr, el sendero circular que recorre la media montaña de Sierra Nevada, con 19 etapas y 300 kilómetros de recorrido.

Simbolo Sulayr Sendero Sulayr